Hay tradiciones que surgen de la nada y se quedan con nosotros para siempre. Yo soy mucho de rutinas, así que instaurar tradiciones de la noche a la mañana me apasiona, tengo tradiciones para todas las épocas del año y gustos. La mayoría de ellas no puedo mantenerlas por falta de tiempo, pero eso es otra historia.
El cómo llegamos 6 mujeres de 3 generaciones distintas a reunirnos en una casa una vez por semana es algo difícil de explicar (¿por generación espontánea quizás?). El qué hacemos allí es también un enigma. Las meriendas resultan tan especiales como las que vivía Alicia y aunque no tenemos sombrerero loco, ni liebre de marzo, no nos faltan ni los sombreros, ni las anécdotas bizarras. Hacemos punto, cosemos, pero sobretodo, nos reímos, y ponemos en común proyectos. Cada una a lo suyo, pero juntas. Y estamos allí, pasando el rato. Es una máquina de generar recuerdos. Muy de mujeres. Muy Almodóvar. Me encanta.